Saber Agradecer

Publico el artículo siguiente escrito por Carlos Toranzo Roca:

Buena parte de los bolivianos no sabemos agradecer a la gente que ha hecho esfuerzos por el desarrollo del país; muchos de los que dieron sus vidas, pasaron exilio, prisión y dieron la cara por la democracia tampoco han recibido las gracias que les debíamos dar todos nosotros. Es posible que la mezquindad de no saber reconocer los méritos de los otros, se rompa pasajeramente, sólo cuando la gente que merece reconocimiento está en el lecho de muerte o cuando ya murió. Cuántas medallas no se han dado a la hora póstuma, pero sin la valentía de reconocer méritos a muchos que viven a nuestro lado, a muchos que son contemporáneos o que son más jóvenes que nosotros. En este país es más difícil construir que destruir, se critica al que hace algo, en cambio, el que no hace nada vive feliz en la sombra del anonimato. Es pecado, es peligroso hacer algo, porque siempre genera enemistad o envidia. Los que hicieron la Revolución de 1952 están olvidados. Pero, no vayamos tan lejos como eso, pues hay muchos que hicieron una de las reformas más importantes de este país en los últimos años, son muchos de nuestros contemporáneos, mucha gente joven, comprometida, llena de ideales, llena de esfuerzo, llena de vitalidad y de transparencia, quienes hicieron una reforma que generó inclusión social, que democratizó el país.

No es posible entender al MAS, al propio Evo Morales sin comprender la participación popular, son éstos, junto a muchos otros, los que utilizaron para sí los beneficios de una reforma democratizadora tan profunda como la participación popular. Es que en la democratización de esta país hay procesos que es importante mirar y seguir, por eso es importante observar la participación popular como un hito de la democracia boliviana.

¿Pero, quiénes empujaron el carro de esas reformas? Gente que vive aquí en Bolivia, que trabaja, a veces, con facilidad y, en otras con dificultad, pero personas que laboran cotidianamente por el país; muchos de ésos ya se habían jugado el pellejo por defender la democracia y después se dieron sin miramientos para hacer la participación popular. Tienen nombres concretos, se llaman Carlos Hugo Molina, Roberto Barbery, Rubén Ardaya. Iván Arias, y hay otros más jóvenes como Diego Ayo. Pero, hay muchos, pero muchos más nombres a quienes les deberíamos recocer sus esfuerzos por el país.

Estos aman el país, lo han demostrado con sus vidas. Pero la paradoja de la vida es que en lugar de reconocérseles sus méritos y su trabajo, más bien se los ataca y, a veces, se los persigue. Pero, el tiempo es el gran juzgador, ya llegarán días en los cuales sean una anécdota los ataques y, más bien, queden grabados más firmemente sus méritos y su entrega por el país. Pero, toda esa gente es de carne y hueso, es gente que ha sabido darse a los demás, que ha sabido entregar amistad, pero no es por amistad que uno les reconoce sus méritos, sino que lo hacemos simplemente porque se lo merecen, porque le dieron al país gente en la cual creer y de la cual aprender.

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